viernes, 12 de octubre de 2018



DIARIO DE CAMPO




POR




Ana Ruth Arenas Caro.
Docente



INSTITUCION EDUCATIVA PEDRO NEL OSPINA



SEDE: EMILIANA PEREZ


Grado. Tercero uno



2018













Durante este año he tenido experiencias muy significativas, una de ellas y que me ha dejado muy satisfecha es la EDUCACIÓN CON AMOR Y RESPETO.


Es muy claro que aquel tiempo donde los maestros  llegaban al aula de clase  haciendo mala cara,  mirando los alumnos por encima del hombro  como diciéndoles "  yo soy más que ustedes”

Y yo soy el que doy las órdenes aquí, ustedes simplemente obedecen.  Este tiempo se acabó, pues, nuestros estudiantes   entre mejor se les trate,  mejor responden.

Este año con el grado  tercero 1, me di a la tarea de educar con respeto y amor.

Los resultados han sido muy buenos, pues, desde el primer día le dije a los niños  que no me gustaba gritarlos, estarles llamando la atención  a los gritos, esto es muy desgastante porque se cae en un juego, yo grito, ellos gritan más duro y es el que más suba la vos y a la final se convierte en un desorden peor.  Mi actitud cuando hay varios hablando al mismo tiempo, es: mirarlos fijamente en silencio y ya ellos se quedan callados y así,  ya puedo hablar y explicar o exponer las actividades a realizar.


Procuro tratar mis niños por igual  a todos, valorarlos  y  valorarles lo poco o lo mucho que hagan.
Les hablo mucho sobre el respeto mutuo,  aprender a escucharse   mutuamente, dejándoles muy claro  que el otro o la otra son personas iguales a mí, que tenemos sentimientos, que tenemos dificultades  y que merecemos mucho respeto.



Si un niño tiene una dificultad  con un compañero  lo llamo aparte y le hago ver el error que cometió, pero no señalando ni gritándole; si no desde la parte positiva, siempre enalteciendo las cosas  buenas que ha hecho el niño  y luego le digo lo negativo que hizo, sin levantarle la voz, al contrario le hablo muy calmada, con ternura. El niño o la niña inmediatamente me dice si profe lo que hice no está bien, procurare no volverlo a hacer y sin mandarlo busca al compañero  o ‘compañera con el cual tuvo la dificultad  y le piden disculpas.


Es notorio el ambiente agradable que se respira en el aula de clase, pues, los niños han cambiado su actitud, en especial aquellos niños que tenían constantemente dificultades; hasta en el descanso se nota el cambio en estos niños.

Me siento  satisfecha por las cosas positivas logradas hasta el día de hoy y espero que los niños continúen con esa actitud hacia mí  y hacia ellos mismos, pues somos una familia y cuando el ambiente es agradable las cosas salen mejor. Obvio hay dificultades, pero son mínimas y son más las cosas positivas.

Es más fácil sacar  la parte tierna que tienen los niños que sacar la parte apática   y rebelde de ellos  con el buen trato  y   EDUCANDO CON AMOR Y RESPETO.

Otra experiencia  muy  trascendental fue con un  alumno, el cual tenía muy malas referencias: como es perezoso no le gusta trabajar, irresponsable, grosero, agresivo con los compañeros, vulgar  y otras cosas. Aparte de aplicar la educación con amor y respeto con él, lo senté cerca de mi escritorio y lo observaba mucho, precisamente para evitar que me molestara a los otros compañeros o me los tratara mal. Producto de esta observación empecé a notar que el niño empezaba a trabajar y en cuestión de diez minutos el niño  cerraba el cuaderno o el libro y se ponía a mirar los compañeros, a  hablarles, a tratar de distraerlos; al preguntarle porque no sigues trabajando? Respondía “no se hacer eso, no entiendo, no soy capaz o me da pereza”  me ponía a conversar con él y lograba que trabajara otro poco; pero volvía a lo mismo.

Otra cosa que observe en el niño era que empezaba a estregarse los ojos; cuando vi que esta actitud era reiterativa le pregunte  si le molestaban los ojos y me respondió que sí, que a veces le picaban y oras veces le molestaba para ver bien.

Busque a la mamá y le manifesté mi inquietud con respecto a la visión del niño le sugerí que lo llevara al médico, en un principio la señora me respondió que ella pensaba que era pereza del niño que ella no creía que él tuviera problemas de visión, sin embargo le insistí y le conté todo lo que  yo observaba en el niño,  la mamá aceptó y lo llevó al médico.

Resultó que el niño aparte de tener una alergia en los ojos tiene otros problemas  de visión.

Al niño le mandaron lentes y  tratamiento para la alergia, cuando al niño le llegaron los lentes el cambio fue total; ya el niño quería trabajar ya preguntaba lo que no entendía, se ponía a leer y no paraba, mejoro la letra ya se interesaba por trabajar en equipo, lo cual no hacía antes. El niño no sabía dividir  y se le dificultaba la multiplicación,  un día  les puse unos problemas que tenían división, el niño se me acerco y me dijo: profe no soy capaz de dividir, no entiendo, ¿me explica? Lo cual inmediatamente hice y el niño aprendió aún tengo gravada  la expresión de  su rostro cuando lo saque al tablero  e hizo una división, esa mirada de satisfacción, la euforia del niño y de los compañeros fue algo muy bonito y termino en un gran abrazo. De esa experiencia queda una gran enseñanza; a veces juzgamos los alumnos, pero no nos detenemos a mirar en el fondo de esas criaturas  el porqué de su comportamiento  y pienso que puede ser algo que  se  nos está pasando por alto.

Este alumno ha cambiado mucho, los mismos compañeros  lo  manifiestan  y  algunos profesores; la verdad me siento muy satisfecha por haberle ayudado al niño y en general a la familia; la madre  dijo estar muy agradecida, pues ella no había notado nada raro en el niño.

En general fueron muchas la experiencia significativa que he tenido durante este año, pero las más relevantes fueron estas dos y la que manifesté en las evidencias con el niño Guillermo el cual tiene dificultades para  asimilar los conocimientos  y cuyo trabajo este año ha sido muy productivo poniendo en practica el trabajo cooperativo.






  

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